martes, 13 de noviembre de 2007

Una mirada a la literatura desde El Naranjo


Es el título de la ponencia que ofreció nuestra directora general, Ana Laura Delgado, en una mesa redonda sobre literatura infantil, organizada por la escritora Silvia Molina, ex coordinadora nacional de Literatura del INBA, el pasado 28 de septiembre, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Ante un nutrido público expuso su punto de vista respecto a lo que es ser editor de libros para niños en la actualidad: “En un país en el que los niveles de lectura son tan arrolladoramente escasos, como lo mostró la encuesta del 2006, ser editor de literatura infantil y juvenil es una hazaña, que para algunos podría parecer utópica”.

Posteriormente, señaló que el compromiso que tiene como editora es producir libros de calidad, en los que se plasmen los intereses reales de la niñez y la juventud.

“Reconocemos en los niños y jóvenes entes autónomos con un universo propio que se está construyendo a partir de los referentes del mundo adulto, por lo tanto es una gran responsabilidad qué visión del mundo se les transmite”, agregó.

También habló de lo que busca la editorial: “En Ediciones El Naranjo tenemos claro el objetivo de convertirnos en un agente de la cultura, ya que publicar un libro implica la elección de un texto, su divulgación, la difusión de ideas, historias, pensamientos, y lo hacemos a partir de nuestros propios referentes, de lo que para nosotros es la literatura infantil y juvenil”.

Y añadió: “Nos interesa dejar de mitificar la realidad, para eso están los medios de comunicación. Estamos en contra de seguir estimulando el individualismo y la autocomplacencia publicando literatura anodina, sin sustancia, que sólo entretenga. Nosotros queremos presentar universos originales, queremos evidenciar la marginación, los totalitarismos, promover la igualdad entre los sexos, la aceptación del diferente, la integración de las minorías, la acogida del inmigrante, la defensa del medio ambiente y de la paz, y también mostrar nuestra riqueza cultural y artística y la de otros pueblos”.

Para redondear esta idea aclaró que “el texto debe ser un discurso enriquecedor y gratificante que no sea simplemente el producto de la identificación del adulto con su personaje o de una recreación nostálgica de su propia infancia, sino de la identidad de enfoque vivencial entre el artista y el niño lector”.

Reconoció que para lograr lo anterior se debe “estar atento a los mensajes que construimos para seducir y conquistar lectores, ya que la literatura y la producción de libros para niños es un campo fértil para la transmisión de prejuicios, para el ejercicio de la autocensura, la discriminación y los estereotipos”.

Como editora considera que “es importante tener siempre presente la etapa de maduración de nuestros lectores, por ejemplo, si el libro está dirigido a pequeños lectores se puede recurrir a las rimas insistentes, a los relatos ilógicos, a las asonancias divertidas, a las asociaciones sonoras agradables o a las palabras inventadas para que queden en su memoria, aun cuando no entiendan el significado de las palabras, pero posteriormente les dirán algo”.

Manifestó que el libro infantil debe conseguir una buena historia y un tratamiento acertado que una el interés del argumento con la belleza de la palabra, así como proporcionarle al niño el acceso a un sentido más profundo de la vida y ayudarle a clarificar sus emociones y conflictos, ofreciéndoles soluciones comprensibles.

Por lo tanto, concluyó que para acercar al pequeño lector a la literatura infantil se requiere que las obras vayan de acuerdo a su edad, mientras que en la literatura juvenil se trata de que el lector se introduzca progresivamente a la literatura adulta.

Otro género literario que en Ediciones El Naranjo se considera importante para la formación de buenos lectores es la poesía: “Podemos afirmar que la lectura de poesía ofrece grandes posibilidades, siempre y cuando la elección de autores y poemas sea la adecuada y le quitemos el carácter escolar a la lectura poética”.

Para terminar su exposición destacó: “Como editorial estamos conscientes de que para poder llegar a más lectores, tenemos que considerar los hilos del mercado y como todos, nos enfrentamos a la problemática de la obtención de los recursos para la producción, de la promoción, distribución y de nuestros libros. Sin embargo, creemos que en México existe un nicho de mercado para la propuesta editorial de El Naranjo y estamos trabajando no sólo por encontrarlo sino por construirlo”.

No hay comentarios: